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sábado, 5 de enero de 2013

Que este momento, quiero vivirlo a tu lado.

Me encanta tu forma de sonreír  la forma en la que me miras disimuladamente, y también cuando lo haces descaradamente. Me encanta que me mires en general, porque esos momentos muerto en los que nuestras miradas se cruzan y no importa el resto, me hace sentir tan feliz, que cuesta explicarlo y será por ello, por lo que reviso todo el texto a cada dos frases. Es imposible poder explicar los sentimientos a la exactitud, quiero aproximarme lo máximo para que así veas que eres importante para mi, que puede que no seas la ultima, y esta claro que tampoco la primera con la que me gustaría estar, pero hay algo de lo que si estoy seguro y es de que el momento, de ahora, quiero vivirlo a tu lado. No importa el resto, no existe mundo más allá de tus ojos, o de tu jodida perfecta sonrisa, o de tu preciosa forma de decir los te quieros, me enamora el hecho de hablar contigo cada día y sentirme menos solo. Porque aunque cada día que hablemos tenga que ser mediante textos y no por voz me conforta la idea de saber que ahí estás, para lo bueno y para lo malo. Para ayudarme a levantar cuando haya caído y para celebrar conmigo cada victoria. La mayor victoria que quiero celebrar a tu lado es el estar juntos, que mas que una victoria es un sueño del cual no querría despertar. Es tan complejo el ideal del amor, pero tan bello, el despertar con alguien a tu lado, o levantarte y saber que alguien está ahí esperando tus buenos días princesa, pendiente al teléfono para que la llames.
Te crees tan superior a los demás por tener a es alguien especial que tu ves perfecto a tu lado, que no existe muro que no puedas derrumbar para estar a su lado. Pero cuando pasa el tiempo, te vas dando cuenta de que lo mejor que te podía haber pasado está justo delante de tus narices y según transcurre dicho tiempo te vas dando cuenta de que ya estabais predestinados, bien porque os conocíais desde pequeños, o porque coinciden vuestros apellidos, o por amor a un mismo animal, o por el mutuo orgullo, cabezonería y arrepentimiento que se comparte, o por millones de cosas, que al revisar por alto parecen insignificantes, pero que si te paras a observar son grandes día d día. No siempre un grande detalle cuenta más que uno pequeño. Está el claro ejemplo que una persona enamorada prefiere que le piques a cada instante con cosquillas por todo el cuerpo que unos bombones o unas flores, por que los bombones desaparecen y las flores se marchitan,  pero las sonrisas que te produjo el cosquileo se quedan para siempre grabadas en tu memoria. Seguir creyendo en un mundo donde a cinco pasos puedas encontrar a tu media mitad, llamémosla media naranja, o medio limón, te hace vivir la vida con mejor optimismo y mayor serenidad.

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